Estamos atravesando una dura pandemia, el coronavirus ha venido para quedarse. Yo era optimista y pensaba que no llegaría hasta el invierno pero aquí sigue. Ahora tengo mucha fe en la vacuna, creo que será la solución y pronto volveremos a la vida que estabamos acostumbrados.
En fin que como familia responsable este año decidimos cenar en casa, sólo el nucleo familiar. Y por primera vez en nuestra pequeña historia de familia, hemos preparado una velada muy especial y emotiva que nunca olvidaremos.
Preparamos un menú exquisito, o al menos eso creo ya que sobro poco.
Os los detallo por si os sirve para alguna ocasión.
Como en todas las cenas empezamos con los entrantes, unos langostinos, jamón, varios quesos, aquí somos ratones y no puede faltar, huevos rellenos y unos rollitos de salmón y queso.
Como plato fuerte hicimos solomillo wellington, acompañado con una salsa de frutos rojos que estaba exquisita.
Servimos el solomillo cortado en rodajas sobre una cama de salsa acompañado por las rodajas de queso de cabra, que hemos templado en una sarten con un poco de aceite.
Y para finalizar el postre, panacotta de turrón, parfoit y tiramisú, todo presentado en copas; y otro que no podía faltar, coulant de chocolate.
